- Así que usted piensa que no vale la pena seguir adelante.
- Sí, eso es lo que creo.
- De modo que está usted planteándose dejar de escribir.
- No es exactamente así, la decisión de dejar de escribir está ya tomada desde hace tiempo.
- ¿Quiere esto decir que no volverá a publicar ningún libro de creación literaria?
- Uno nunca sabe lo que le deparará el futuro, pero si me permite utilizar la expresión de su primera pregunta, creo que no vale la pena seguir adelante.
- Entonces, si no lo entiendo mal, la publicación de su última novela supone el cierre de su carrera literaria.
- Ignoro a qué se refiere con la expresión “carrera literaria”. No tengo conciencia de cerrar nada, simplemente he llegado a la conclusión de que no vale la pena seguir adelante, y perdone que insista en la utilización de su afortunada expresión.
- En realidad preguntarle por su carrera literaria es una forma de preguntarle por su obra de creación.
- Una cosa es la obra de creación y otra bien distinta su publicación.
- ¿Quiere eso decir que seguirá usted escribiendo pero no publicará lo que escriba?
- Lo ignoro.
- Entonces sus lectores, los que leyeron las obras que publicó, no podrán leer nada más suyo.
- De qué lectores me habla, no creo haber tenido lectores nunca.
- ¿Y su editor, qué dice de todo esto?
- Tampoco tuve nunca editor.
- ¿Y los que publicaron sus obras?
- No fueron editores, le vieron algún interés a las obras que les envié y en ese momento les pareció oportuno publicarlas y lo hicieron, nada más.
- Así pues, advierto que la suya es una decisión firme y meditada.
- Sí, lo es.
- Perdone la crudeza de la pregunta, ¿se siente usted fracasado como escritor?
- El éxito y el fracaso nada tienen que ver con la literatura, así que para mí la expresión “escritor fracasado” es un oxímoron, una contradicción en sus términos.
- Permítame una última pregunta, ¿le hubiera gustado ser más reconocido como escritor?
- Me es completamente indiferente.
Javier, el diálogo no tiene desperdicio.
ResponderEliminarSalud.
Gracias, como siempre, Javier.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Bueno, a mí me parece que este título tiene un doble filo: por un lado, apuntaría al hecho de seguir adelante al margen de la publicación, y acaso de la escritura misma, y por otro podría estar aludiendo a la necesidad de seguir adelante con la escritura sin la preocupación de tener que publicar... A mí me gusta más la segunda alternativa. ;-)
ResponderEliminarUn abrazo
Puede que sí, Gemma, que tenga un doble filo o una doble interpretación. Y puede, incluso, tener una tercera, que haya dejado de preocupar la escritura, la necesidad de publicar y sólo importe ya la lectura. Recuerda que todos nosotros, los que pergeñamos ficciones, vean o no la luz en letra impresa, hemos sido lectores antes que escritores. A lo mejor es eso, no sé...
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.