Alfons Cervera es para mí el autor de una trilogía, de lectura poco menos que imprescindible, integrada por las novelas El color del crepúsculo, Maquis y La noche inmóvil; después el autor añadiría al mismo ciclo, que llama de la memoria, la novela Aquel invierno. En ellas se ocupa de los perdedores de la guerra civil y de los que no se dieron por vencidos y continuaron una lucha que a la postre resultó estéril; se ocupa también de los largos silencios, de la represión, del hambre y de la realidad menesterosa; se ocupa, en fin, de lo que no supo, quizá porque las circunstancias políticas lo hacían punto menos que imposible, ocuparse la novela española de la primera posguerra, una realidad, la de la lucha en el interior de la España franquista, de la que tampoco podían ocuparse los novelistas desde la lejanía del exilio, aunque algunos, como Max Aub, escribieran cuentos lucidísimos y muy críticos como “Librada”, en 1948. Tendría que ser, muchos años después, en los primeros años de la década de los ochenta, la espléndida novela de Julio Llamazares Luna de lobos, la que vendría a dar carta de naturaleza a ese mundo olvidado. Después El lápiz del carpintero de Manuel Rivas y otros textos, incidirían en el mismo aspecto: rescatar del olvido una parcela de la dura realidad española de los años cuarenta.
Ahora, Esas vidas viene a coincidir, en bastantes aspectos, con el mundo trazado en esas novelas. Tres son los ejes que vertebran esta elegía: la enfermedad, agonía y muerte de la madre; la asistencia del narrador a un congreso en Grenoble sobre la memoria; la indagación en el pasado del padre algunos de cuyos aspectos más duros y sombríos son descubiertos casualmente por el narrador. Eso es la novela: una indagación en el pasado familiar. Pero es también una reflexión lúcida y certera sobre la vida y sobre la muerte, escrita en un estilo poético admirable y que llega al lector sin innecesarias complicaciones y con una fuerza verdaderamente estremecedora.
Un gran libro, recomendable en todos los sentidos. Un acierto, lleno de humanidad y de sabiduría literaria, de Alfons Cervera. Uno más.
Desconocía a este autor, pero me es caro el tema de estas novelas. La guerra civil y la posguerra no dejan de apasionarme. Sobre el maquis trata esa espléndida película de Guillermo del Toro, El laberinto del fauno. Ese tiempo dramático, oscuro, en lucha y en la espera de que los aliados intervinieran en España, añade carga trágica a esos combatientes que siguieron emboscados en el monte sin que llegara nunca dicha intervención. Un asunto terrible y desdichado. Luchar contra toda esperanza y sin perspectiva, sin agradecimiento, sin gloria, salvo la que aporta el reconocimiento tardío de la literatura. Un cordial saludo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Joselú. Sobre el tema de los maquis, además de la película de Gutiérrez Aragón, hay una, de Mario Camus, espléndida, que pasó sin pena ni gloria, titulada "Los días del pasado" (espero recordar bien y no equivocarme en el título), protagonizada por Pepa Flores.
ResponderEliminarUn saludo, Javier.
P.S. Es Cervera, y sobre todo el de esa trilogía, un autor que merece la pena leer.
Siento ese inoportuno acento que se deslizó sobre la u de tu nombre.
ResponderEliminarDisuclpa, Javier.