El siglo XX nos dio sobradamente muestras de que somos capaces de lo peor, pero también de lo mejor. Las experiencias terribles de los campos de exterminio nazis nos enseñaron la peor cara de lo que somos, bien podría decirse que la humanidad tocó fondo en ese momento; pero, al mismo tiempo, en exacta sincronía, la Maternidad Suiza de Elna nos dio un ejemplo de que también se puede hacer el bien absoluto y de modo desinteresado. Mientras personajes siniestros diseñaban la llamada “solución final” y enviaban a las cámaras de gas a mujeres y niños principalmente, aunque de modo general a todo aquel que no pudiera ser explotado como mano de obra esclava, Elizabeth Eidenbenz y los que con ella trabajaban ayudaron a venir al mundo a muchos niños y niñas cuyas madres estaban, en condiciones infrahumanas de desnutrición y de desprotección, prisioneras en los campos de concentración del sur de Francia, habilitados en las arenas de las playas de Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien y Rivesaltes por las autoridades francesas para albergar, ¡qué irónicamente traicionan las palabras!, a los refugiados republicanos españoles. El trabajo de esta maestra suiza, enfermera voluntaria, salvó la vida a más de seiscientos niños que allí nacieron desde 1939 hasta que la Maternidad hubo de cerrarse por presiones de los nazis en 1944. También, al asociarse la Maternidad con la Cruz Roja, se atendió allí a muchas madres judías que consiguieron así salvarse de las crueles leyes que obligaban a los ciudadanos franceses a delatarlas, con lo que ello suponía de deportación a los campos del infierno concentracionario nazi. Estos dos ejemplos que traigo hoy a esta entrada nos muestran dos aspectos, dos actitudes en todo diferentes: el mal absoluto de los dirigentes nazis que idearon y llevaron a cabo la solución final y el altruismo filantrópico de personas que como Elizabeth Eidenbenz hicieron desinteresadamente el bien absoluto. Así somos.
Hola Javier, el bien absoluto y la fuerza interior para sobrevivir.
ResponderEliminarOtro caso que puse en su día en mi blog es la niña de la histórica foto de Vietnam que corre de un infierno y que en la red aparece con los años, abrazando a su hijo.
La palabra "resiliencia" es muestra de la psicología positiva del ser humano para no ahogarnos siempre con la negativa.
Un saludo y encantada.
En "El hombre en busca de sentido" Viktor Frankl concluye con una reflexión muy afín. Destaca que junto a la maldad de quienes mandaban a la muerte a otras personas, había quienes acudían a las cámaras rezando y bendiciendo a Dios.
ResponderEliminarMuy interesante tu entrada.
Un abrazo.
El hambre de 2,000,000,000 de personas HOY es un crimen, que la "unoporcientocracia " debe pagar.Salu2
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.