sábado, 2 de febrero de 2013

Escribo como hablo


Partidario como fue siempre Leonardo de la naturalidad expresiva, no podía sino recomendar a sus jóvenes alumnos, muchos de ellos educados en la falsa idea de que escribir bien es escribir en un estilo complicado, las sabias palabras de Juan de Valdés que eran por sí solas todo un tratado de estilística.

"Llaneza, señores, llaneza -dijo Leonardo un día en que decidió empezar su clase sorprendiendo una vez más a sus pupilos-, saquen sus cuadernos y tomen nota de lo que voy a escribir en la pizarra y ténganlo como norma básica para expresarse; no se preocupen si de este escritor nada dicen sus libros de texto, basta con que sepan que en el primer Renacimiento, el conocido como la época del Emperador, fue un destacado autor en el ámbito de la prosa didáctica. La defensa de sus ideas erasmistas le costó el exilio a Nápoles -donde residiría hasta su muerte acaecida en 1541-, ya que la Inquisición abrió un proceso contra él al publicar su Diálogo de doctrina cristiana en 1529, en Alcalá. Fíjense bien ahora en sus consejos estilísticos, que provienen de otro libro suyo, el Diálogo de la lengua, que, como curiosidad se lo digo, nunca vio publicado su autor; la primera edición se debe a don Gregorio Mayans y Siscar quien lo incluyó en el tomo II de Orígenes de la lengua epañola, este sí publicado en Madrid en 1777:

"El estilo que tengo me es natural, y sin afectación ninguna escribo como hablo; solamente tengo cuidado de usar vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir, y dígolo cuanto más llanamente me es posible, porque a mi parecer en ninguna lengua está bien la afectación.

Todo el bien hablar castellano consiste en que digáis lo que queréis decir con las menos palabras que pudiéredes, de tal manera que, explicando bien el concepto de vuestro ánimo y dando a entender lo que queréis decir, de las palabras que pusiéredes en una cláusula o razón no se pueda quitar ninguna sin ofender a la sentencia della o al encarecimiento o a la elegancia." 

5 comentarios:

  1. Bravo, Javier. Qué placer releer a Valdés. Lástima que uno, en su afán por mejorar, apenas alcance el borde de su sombra...

    Un abrazo.

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  2. Totalmente deacuerdo, no hay como buuscar la simplicidad y las palabras adecuadas, que en nuestra lengua las hay, para contar y expresar lo que uno realmente quiere contar y expresar. Un abrazo

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  3. Usted no cambia Don Javier... hace veinte años que le escuché esas mismas palabras.. Es todo un placer y un orgullo reencontrarse con usted y sus palabras y ver que, en el fondo, sigue siendo el mismo. Un fuerte abrazo.

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  4. La actualidad de esas palabras (y que, según comenta Francisco Luna, hace veinte años que las reivindica Javier) es prueba de la veracidad de su contenido. Fenomenales.

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  5. Gracias por vuestros comentarios.
    Un abrazo, Javier.
    P.S. Paco, el placer es mío de verte de nuevo por aquí, ay! cómo pasan los años...

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