viernes, 29 de noviembre de 2013

El porvenir vacío: Larra, Zúñiga y Zorrilla / y 3


Así cuenta Zúñiga el final de la lectura de Zorrilla y del entierro de Larra en su libro Flores de plomo:

La voz se rompió y Roca de Togores, que estaba detrás de él, le cogió los papeles y terminó de leer el poema, con lo cual se puso fin al acto: los tres sepultureros cerraron el ataúd y lo introdujeron en el nicho, lo que, por estar casi a ras de suelo, no les costó gran esfuerzo, y esta sensación de facilidad se comunicó a los presentes, que se pusieron las chisteras, empezaron a hablar y a moverse en dirección a la puerta del cementerio y a los coches que allí esperaban.

Si existe un remoto cielo
de los poetas mansión,
y solo le queda al suelo
ese retrato de hielo,
fetidez y corrupción;
¡digno presente por cierto
se deja a la amarga vida!
¡Abandonar un desierto
y darle a la despedida
la fea prenda de un muerto!

Poeta, si en el no ser
hay un recuerdo de ayer,
una vida como aquí
detrás de ese firmamento...
conságrame un pensamiento
como el que tengo de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario