[1] La única ley romántica es la de la libertad: no son las formas las que se imponen al poeta, es el poeta el que las tiene sometidas a su sentimiento.
[2] En busca de lo natural y de la palabra adecuada, confían la exuberancia de sentimiento a un vocabulario sencillo. Le elevación poética la consiguen a fuerza de vehemencia y de exaltación.
[3] El error nos hace bordear el abismo y la razón nos salva. Ese conflicto ideológico es el origen del sentimiento dramático.
[4] Lo que va a mostrar el romanticismo es la supremacía de la pasión sobre la razón.
[5] Entre la sociedad y los deberes que impone y el amor, el hombre romántico sucumbe ante la pasión.
[6] Amor, venganza, la vida como impulso, como fuerza que arrastra sin saber adónde. La ternura, el cariño, los sentimientos nobles y delicados, todo es arrasado por un viento seco y desolador.
[7] El romanticismo es una de las varias épocas de la historia a las cuales les ha sido negada la felicidad. La claridad del siglo XVIII, su ideal de felicidad van a parar al mundo turbio y desdidachado del siglo XIX.
[8] La vida romántica es siempre un desesperado tender hacia.
Aforismos procedentes del prólogo de Joaquín Casalduero a la edición de Don Álvaro o la fuerza del sino reseñada en una entrada anterior.
Aforismos procedentes del prólogo de Joaquín Casalduero a la edición de Don Álvaro o la fuerza del sino reseñada en una entrada anterior.
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