Continuando con el mismo libro de la entrada anterior, Can Girona. Por el desván de los recuerdos, anotamos ahora un apunte biográfico más, este bien curioso, que en sus páginas nos dejó el escritor. Se refiere en él a su afición a los toros y a su fallido intento de convertirse en torero. Dialoga Ramón ahora con Damián, logradísimo personaje que comparte con él el protagonismo de la historia y que en un tris estuvo de dar título al libro:
Hablo, a pregunta suya, de la primera vez que vine a Barcelona, hace casi tres años. Damián ríe de buena gana cuando le digo que vine a tirarme a la corrida de la Merced.
- ¿Querías ser torero?
- Sí, claro; ya llevaba dos años de capeas. Mira -y le enseño en la pierna izquierda una cicatriz larga, blancuzca-, aquí tengo un puntazo corrido. Me lo dio "la Chorreada", una vaquilla que sabía latín.
- Pues oye, no te enfades, pero el tipo te ayudaría poco. Más lo tienes de picador.
- Sí, me lo decían todos, pero uno... De todas maneras, lo peor no fue que el tipo me ayudara poco, sino que el miedo me estorbaba mucho. Sobre todo desde que mató una vaca a mi compañero de aventuras. "El Puri", le decíamos. Le metió el cuerno por la ingle y para qué te cuento.
Escribe Javier Barreiro, en "Un acercamiento biográfico", en el prólogo de su edición de Poesías, Rolde de Estudios Aragoneses, Diputación de Zaragoza, 2005, comentando esta afición del escritor, lo siguiente: "De natural inquieto, cambió de trabajo con frecuencia y hasta probó suerte en el carpetovetónico mundo de las capeas. En esta y otras aventuras, siempre estuvo acompañado de su amigo Miguel, al que en 1951 dedicaría Veturián, y que después se hizo barbero. La historia terminó cuando una vaca, La Chorreada, corneó al futuro escritor en la pierna. La gran cicatriz que le cruzaba desde el tobillo hasta la rodilla daba fe del episodio."
Nota. En la foto que ilustra esta entrada, recorte de una familiar publicada en otra entrada de este blog dedicada a Arana "Biografía de solapa", se puede apreciar, en el hombro derecho del escritor, el pelo de Veturián Arana Godás, último hijo del escritor nacido de su matrimonio con Elvira Godás.
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