TEXTO DE LA CONTRAPORTADA
El hijo del guarda se inicia cuando, tras la muerte de su padre, el escritor Javier Quiñones decide escribir una narración centrada en su figura. Pone en marcha para ello un proceso de indagación que le revelará la existencia de un pasado del que lo desconoce casi todo. Descubre así que su padre, a quien recuerda en los años de niñez siempre con el uniforme de comandante del Ejército del Aire, participó en la campaña electoral a favor del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 y fue el fundador de la Juventud Socialista en Valverde del Fresno, pueblo de la Sierra de Gata. Tras el triunfo del Alzamiento, fue encarcelado en Coria, donde estuvo en trance de perder la vida con solo diecisiete años. Al hilo de la investigación, el escritor conoce también la violenta historia de lo ocurrido en los pueblos de esa hermosa comarca cacereña durante las primeras semanas de la Guerra Civil
Con estos mimbres, procedentes de la memoria familiar y colectiva, se urde la trama narrativa que conforma esta elegía, en la cual, orillando los límites de los géneros literarios, se entrevera el proceso de indagación con las voces apagadas de quienes fueron protagonistas de aquellos hechos.
Javier Quiñones ha escrito un libro estremecedor, una elegía en la que, cual desolado Eneas, desciende al reino de las sombras para rescatar la figura de su padre y devolverla, gracias al poder evocador de la literatura, esclarecida en las páginas de este emotivo libro, en el que desvela, setenta años después, las claves de un pasado que le fue ocultado, el de su progenitor y el de muchos otros que, como él, se convirtieron, en aquellos trágicos días, en soldados a la fuerza.
Javier Quiñones, El hijo del guarda (Una elegía de la Guerra Civil en Sierra de Gata), Col. de Narrativa, Muñoz Moya Editores, Sarrión, Teruel, septiembre de 2015, 277 pp.
Querido Javier: Me ha conmovido la entrada de tu blog, que sigo en la distancia y en la amistad. Lo leeré como se leen esas cosas de las que uno se siente cómplice y cercano.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Javier O.
Querido Javier: Me ha conmovido la entrada de tu blog, que sigo en la distancia y en la amistad. Lo leeré como se leen esas cosas de las que uno se siente cómplice y cercano.
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