viernes, 13 de abril de 2012

De Papini a Unamuno



En la entrada de ayer incluí un fragmento de la “Oración a Cristo” que Giovanni Papini editó al final de su Historia de Cristo, libro de 1921. Como es sabido, se trata de un libro escrito por alguien que recupera la fe y se convierte al cristianismo. Por consiguiente, el libro es visceral, escrito desde la fe del converso. Sin embargo, en la oración duda, pide, casi exige, una señal, lo que viene a demostrar que su fe busca un fundamento más o menos “racional”, una señal al menos que la corrobore y la consolide, la justifique.
     Papini se consideraba, como declaró poco antes de morir “un Unamuno mancato”, esto es, un Unamuno fallido. En uno de sus poemas, don Miguel incluye estos versos, coincidentes en grado sumo con la necesidad manifestada por Papini en su oración:

Una señal, Señor, una tan solo,
una que acabe
con todos los ateos de la tierra;
una que dé sentido
a esta sombría vida que arrastramos.
¿Qué hay más allá, Señor, de nuestra vida?
Si Tú, Señor, existes,
¡di por qué y para qué, di tu sentido!
¡di por qué todo!

3 comentarios:

  1. Interesante esta conexión entre Papini y Unamuno. Siempre me han atraído las dudas de fe. No he leído a Papini pero sí a Unamuno. Es imperdonable que no lo haya leído porque me he pasado una larga época deseando leerlo. Me serena percibir esas dudas de fe, que ahora son inimaginables. Me atrae el cristianismo de Graham Greene, el cine herético de Buñuel que luego en Mexico se pasaba largos ratos conversando con algún sacerdote amigo, un libro que leí titulado El abogado del diablo de Morris West, Las sandalias del pescador… Hubo un interesante periodo en la Europa entreguerras en que estas dudas de fe, como la de Papini, adquirieron auténtica dimensión literaria. Hoy la fe en Cristo es tan anacrónica y contraria a la lógica como la imagen de esa monja, Sor María, que sustraía niños a sus padres. ¿Sentirá el peso del pecado en su conciencia? ¿Creerá que se podrá arrepentir en el último minuto? ¿Puede toda una vida de pecado y miseria ser contrarrestada por un instante de arrepentimiento? ¿Se arrepintió Hitler antes de suicidarse y está en el purgatorio o a la derecha del Padre como hijo pródigo recibido con gozo en la casa paterna?

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  2. Parece que cuando se acerca esa que tiene la última palabra, esa que siempre aparece en el fondo del cuadro, a más de uno le entra un pánico arrebatador que lo convierte en poeta, que incluso es capaz de formular preguntas o de suplicar razones.

    Salud

    Francesc Cornadó

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  3. Gracias a los dos, Joselu y Francesc, por vuestros comentarios. Es verdad lo que dices Joselu, pero no sé si la fe en Cristo es tan anacrónica como dices. Desde luego, Francesc, que la que nos mira desde el fondo del cuadro y nos espera en el último recodo del camino impresiona y aterra un poco.
    Un abrazo, Javier.

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