Mi amigo, casi hermano, J.C., catalán internacional donde los haya, me envía desde Italia, donde imparte docencia universitaria en letras, con motivo del once de septiembre esta modestísima cita, según él, del libro de Joyce cuya portada ilustra esta entrada de regreso:
I will tell you what I will do and what I will not do. I will not serve that in which I no longer believe, whether it calls itself my home, my fatherland, or my church: and I will try to express myself in some mode of life or art as freely as I can and as wholly as I can, using for my defense the only arms I allow myself to use -- silence, exile, and cunning.
Me gusta tanto que tomo el libro de la estantería y lo repaso hasta encontrar la cita. Stephen Dédalus dialoga, ya hacia el final del libro, con Cranly acerca de sus actitudes y puntos de vista frente a la realidad; es entonces cuando dice:
Me has preguntado qué es lo que haría y qué es lo que no haría. Te voy a decir lo que haré y lo que no haré. No serviré por más tiempo a aquello en lo que no creo, llámese mi hogar, mi patria o mi religión. Y trataré de expresarme de algún modo en vida y arte, tan libremente como me sea posible, tan plenamente como me sea posible, usando para mi defensa las solas armas que me permito usar: silencio, destierro y astucia.
Lucidez de Joyce, lección de vida: silencio, destierro y astucia.
Nota. La traducción es de Dámaso Alonso.La colección "Palabra en el tiempo", de la editorial Lumen, la dirigía como es bien sabido don Antonio Vilanova, uno de mis profesores en la universidad. Mi ejemplar pertenece a la segunda edición, la de 1978. La cita procede de la página 295.
Los que vivimos en el destierro, querido Javier (mi "casi hermano"), pasamos mucha parte de nuestro tiempo lanzando al mar mensajes que viajan luego precariamente en el interior de botellas. Rara vez tocan playa y, cuando lo consiguen, llegan cubiertas de moluscos, con el casco roto y la tinta tan corrida sobre el papel que ya es mucho si alguien las recoge y las tira piadosamente a la papelera. Me alegra que esta vez el mensaje haya llegado a buen puerto y que las palabras de Joyce hayan sido tan bien leídas y comprendidas. Ojalá que a tus lectores les sirvan también de estímulo para la reflexión. Un abrazo. Jordi (Trento).
ResponderEliminarGracias, Jordi, tan lejos y tan cerca al mismo tiempo, mon semblable, mon frère...
ResponderEliminarUn abrazo fraternal, Javier.