En el capítulo primero del Libro Cuarto de Los trabajos de Persiles y Sigismunda se menciona un libro que se llamará, cuando sea publicado, Flor de aforismos peregrinos. Periandro pregunta al peregrino español que habla del libro si recuerda algún aforismo de memoria que pudiera decir en el momento. El peregrino español responde que dirá uno que le había dado gran gusto por la firma del que lo había escrito y dice:
No desees, y serás el más rico hombre del mundo.
Y la firma decía: Diego de Ratos, corcovado, zapatero de viejo en Tordesillas, lugar en Castilla la Vieja, junto a Valladolid.
-¡Por Dios -dijo Antonio-, que la firma está larga y tendida, y que el aforismo es el más breve y compendioso que pueda imaginarse! Porque está claro que lo que se desea es lo que falta, y el que no desea, no tiene falta de nada, y así será el más rico del mundo.
En nota a pie de página, refiriéndose a la polémica sobre Avellaneda, Avalle Arce escribe: "Se ha supuesto desde hace mucho tiempo que aquí se alude a Alonso Fernández de Avellaneda, cuyo Quijote salió en Tordesillas en 1614." En su edición del Persiles, en el volumen 18 de la Obra Completa, Florencio Sevilla y Antonio Rey Hazas, con innegable actitud crítica, escriben: "Todavía Schevill y Bonilla suponen que esta ridícula firma envuelve alguna alusión al incógnito Avellaneda". (p.422, Alianza Editorial). En 1988, en Sirmio, Martín de Riquer publicó su Cervantes, Passamonte y Avellaneda y defendió brillantemente su "hipótesis plausible", la de que el verdadero autor del Quijote apócrifo de 1614 es el autor aragonés, compañero de armas de Cervantes, Gerónimo de Passamonte. En fin, polémicas filológicas.
Otros aforismos incluidos por Cervantes en el Persiles y supuestamente escritos por los personajes de la novela, son:
[1] Más quiero ser mala con esperanza que ser buena, que buena con propósito de ser mala.
[2] La hermosura que se acompaña con la honestidad es hermosura; y la que no, no es más que un buen parecer.
[3] La mejor dote que puede llevar la mujer principal, es la honestidad, porque la hermosura y la riqueza el tiempo la gasta o la fortuna la deshace.
[4] A mucho obligan las leyes de la obediencia forzosa; pero a mucho más las fuerzas del gusto.
En la última página de la novela Cervantes, muy dado a dejar pensamientos que en el fondo no son más que aforismos incluidos en la prosa, dice:
En los casamientos graves, y en todos, es justo se ajuste la voluntad de los hijos con la de los padres.
Aunque expresada con otras palabras, esa es la idea que desarrolla Leandro Fernández de Moratín en El sí de las niñas, estrenada el 24 de enero de 1806 en Madrid.
Muy bueno. De ahí que, creo que con buen criterio, Aldo Ruffinatto titulada "Flor de aforismos perefrinos" la selección de "aforismos ocultos" que publicó en 1995.
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