A menudo los poetas, como expresión de un sentir común, nos dejan en sus poemas versos que acaban independizándose del texto del cual forman parte y pasan al acervo colectivo como la expresión afortunada de un sentimiento común y repetido. Tantas veces hemos leído "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos" que solemos olvidar su origen y lo citamos, como si tal cosa, sin indicar, de tan sabida, la procedencia de ese magnífico verso. Pertenece, como todo el mundo sabe, al poema vigésimo del libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, cuyo autor, es innecesario decirlo, fue el poeta Pablo Neruda. Hay en ese poema muchos otros versos logradísimos, que también han sido muy utilizados y citados, como aquellos que dicen: "Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. / Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido." Certeros del todo y muy transitados, cierto, pero no siempre indicando la fuente.
Leí ayer el estupendo artículo de Javier Cercas "Una nueva vida" en El País semanal. En él cita el narrador del artículo este verso de Neruda incluyéndolo en el texto sin la menor referencia, ni comillas, ni cursiva (en el fondo es lo mismo), ni la menor indicación a la autoría de Neruda. Claro, se me dirá que tampoco era necesario, pero no hubiera estado de más, tratándose del narrador de un escritor que "utiliza" el acierto de otro escritor, un guiño nerudiano al menos.
Eso no quita para que el artículo fuera muy interesante, como ya he dicho. Yo, como el narrador del artículo, también manejo el Diccionario de la RAE en el mismo monstruoso formato, por tamaño y volumen. Mi edición es la vigésima primera y es del año 1992. Para entonces cambiaron las definiciones de las palabras que cita el narrador; así de "mahometano" ya no dice lo que éste señala "Que profesa la secta de Mahoma", sino "Que profesa la religión islámica". Asimismo, de "cristiano" ya no dice "Que profesa la fe de Cristo", sino "1. Perteneciente a la religión de Cristo y arreglado a ella. 2. Que profesa la fe de Cristo, que recibió en el bautismo." Los cambios se comentan por sí solos, aunque no deja de resultar llamativo ese "arreglado a ella".
Hizo mal el narrador del artículo de Cercas en bajar la edición decimonovena en una bolsa al contenedor. Creo que la comparación y los cambios dicen mucho, en solo dos palabras (o entradas), de nuestra historia.
3 comentarios:
No leí el artículo, a ver si puedo hacerme con él. Yo también tengo la vigésima primera (ahora ya, internet nos despeja la mesa). Y, lejos de tirar las anteriores a la basura, creo que hay que estar orgullosos, por aquello de que "de sabios es rectificar". En todo caso, habría que tirar a la basura (de papel reciclable, claro), las nuevas ediciones si siguieran definiendo como antes. Pero nunca me ha parecido bien castigar a alguien por ser hijo de su tiempo.
Un abrazo.
Bueno Javier, bueno.
Gracias, Juan Antonio y Javier por vuestros comentarios.
Un abrazo, Javier.
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