viernes, 28 de marzo de 2014

El 98 y España: Miguel de Unamuno / 3


En su libro En torno al casticismo, publicado en 1895, escribió Unamuno lo que sigue:

Fue grande el alma castellana cuando se abrió a los cuatro vientos y se derramó por el mundo, luego cerró sus valvas y aún no hemos despertado. Mientras fue la casta fecunda no se conoció como tal en sus diferencias, su ruina empezó el día en que gritando: "¡Mi yo, que me arrancan mi yo!", se quiso encerrar en sí.
     ¿Está todo moribundo? No, el porvenir de la sociedad española espera dentro de nuestra sociedad histórica, en la intrahistoria, en el pueblo desconocido, y no surgirá potente hasta que le despierten vientos o ventarrones del ambiente europeo.
     Eso del pueblo que calla, ora y paga es un tropo insustancial para los que más le usan y pasa cual verdad inconclusa entre los que bullen en el vacío de nuestra vida histórica que el pueblo es atrozmente bruto e inepto.
     España está por descubrir, y solo la descubrirán españoles europeizados.

Nota: El retrato de Unamuno se debe a Gutiérrez Solana.

martes, 25 de marzo de 2014

El 98 y España: Antonio Machado / 2


Pedro Laín Entralgo calificó estos versos de Machado, pertenecientes al poema "El mañana efímero", de Campos de Castilla (1917), como "cuatro de los más atroces versos que jamás se hayan escrito sobre la realidad de la vida española" en su libro La Generación del 98 (1961). Frente a la España que en ellos se describe, Machado habla en otros versos del mismo poema de la "España del cincel y de la maza, implacable y redentora, la de la rabia y la de la idea", la que no debe "ahogarse en la España que bosteza", la que no debe "helarse en la España que se muere", como dijo en el poema "Envío", fechado en Baeza en 1913:


Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar de la cabeza.

jueves, 20 de marzo de 2014

El 98 y España: Pío Baroja / 1


En octubre de 1912 y recién instalado en "Iztea", fechó Pío Baroja El aprendiz de conspirador, primera novela de las Memorias de un hombre de acción. De ella tomo este diálogo entre Martín Zurbano, un contrabandista de Varca, y Eugenio de Aviraneta sobre lo que es o no necesario para España:

- Aquí se necesita un hombre, Aviraneta.
- Aquí se necesita un pueblo, Zurbano.
- Yo estoy convencido de que en España, hoy, lo mejor sería una dictadura militar, una dictadura de un hombre justo, valiente, que supiese sentar las costillas a todo el que quisiera salirse de la ley.
- No, Martín -contestó Aviraneta-; no estoy conforme. España no necesita más que una dictadura: la de la justicia, la de la inteligencia, la de la libertad. Nada de fuerza, nada de soldados que quieran imitar a Napoleón. El poder civil debe estar siempre por encima del poder militar. El ejército no debe ser más que el brazo de la nación, nunca la cabeza.