Releyendo la obra poética de San Juan de la Cruz, en la edición que preparó don José Manuel Blecua para Clásicos Ebro, además de volverme a maravillar ante la enorme calidad de los versos del místico, me topo, y la verdad es que los tenía echados en olvido, con estos "Avisos y Sentencias Espirituales" y se me antoja que su utilidad puede ser mucha para quien bien los lea y, desde luego, estoy seguro que provocarán en quien lo haga más de una reflexión. Procedo pues a copiarlos:
1. Cuanto más te apartes de las cosas terrenas, tanto más te acercas a las celestiales y más hallas en Dios.
2. Quien supiere morir a todo, tendrá vida en todo.
3. Apártate del mal, obra el bien y busca la paz.
4. Quien se queja o murmura no es perfecto ni aun buen cristiano.
5. Humilde es el que se esconde en su propia nada, y se sabe dejar a Dios.
6. Manso es el que sabe sufrir al prójimo y sufrirse a sí mismo.
7. Quien de sí propio se fía, peor es que el demonio.
8. Quien obra con tibieza, cerca está de la caída.
9. Mejor es vencerse en la lengua, que ayunar en pan y agua.
10. Si quieres ser perfecto vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, y ven a Cristo por mansedumbre y humildad, y síguele hasta el calvario y sepulcro.
Nota. Cada vez que releo uno de estos viejos volúmenes de la colección "Clásicos Ebro", vuelvo a recordar a don José Manuel Blecua cuando entraba a una de las viejas aulas del Patio de Letras de la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona y distribuía entre nosotros los ejemplares, que en número de veinte o veinticinco traía cada día a clase: "Lean y fíjense bien", nos decía con su peculiar ceceo. En estos libritos leí a Garcilaso, a San Juan, a Fray Luis, entre otros, guiado siempre por la mano maestra y el comentario sabio de don José Manuel Blecua. "Que nadie lo miraba, / Aminadab tampoco parecía, / y el cerco sosegaba, / y la caballería / a vista de las aguas descendía."
4 comentarios:
Me quedo con la segunda y la séptima, muy de mi gusto:
2. Quien supiere morir a todo, tendrá vida.
7. Quien de sí propio se fía, peor es que el demonio. en todo.
Un abrazo
Coincido contigo, Javierito, sobre todo en la evocación de nuestro maestro. Repasando hace unos años los volúmenes de Ebro que él editó (de Lope a la poesía romántica, de Góngora a los escritores costumbristas, de Pérez de Guzmán hasta Garcilaso), observé que eran frecuentes las citas de Azorín y de don Marcelino en sus introducciones: ¡qué mejor guía para una lectura sensible y sabia! Por otro lado, si esa colección era dignísima heredera de la “Biblioteca literaria del estudiante” que dirigía Menéndez Pidal, a su sombra nacieron las primeras series para secundaria de los años cincuenta, como la “Biblioteca Anaya”, dirigida por Lázaro y Correa Calderón, o años después los volúmenes de “Textos hispánicos modernos” dirigidos por un joven Francisco Rico. ¡Para que digan que en este país no hay (hubo) tradición crítica!
Me parecen estupendos todos los consejos. El 3 o el 4 son magníficos. Con tanto quejica como tenemos que soportar a diario... Años más tarde, diría Gracián que "la queja envilece", una cita que suelo repetir mucho. Ahora tengo una variante estupenda para no repetirme tanto.
Un abrazo, Javier.
Muchas gracias, Gemma, Joaquim y Juan Antonio por vuestros comentarios. La sentencia tercera coincide, claro, con Vicente Ferrer, a quien una periodista ensalzaba en una entrevista y él se limitó a decir que había tratado sólo de hacer el bien. Tiene razón San Juan, "apártate del mal, obra el bien y busca la paz."
Un abrazo, Javier.
P.S. Joaquim, siempre estará en nuestra memoria la figura de don José Manuel Blecua, un verdadero maestro, un humanista en el sentido amplio de la palabra.
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