Lo que me queda de ti
es un naufragio de sombras,
un extraño silencio
devastador e infinito,
la quietud inerte
de tu cuerpo amortajado,
el apagado latido
de tu soledad eterna.
Lo que me queda de ti
es también lo que me dejas,
el recuerdo de tu vivir
confuso y apasionado,
la dulce melancolía
de los años de la niñez,
la llama de tu memoria
incendiando mi corazón
indeleble mientras viva.
Lo que me queda de ti
es una larga nostalgia
escondida en los recodos
del camino que me lleva
cada noche al territorio
inclemente de tu ausencia.
Lo que me queda de ti
es este lamento de amor
desvalido e impreciso
como el barco que zozobra
a merced de la tormenta.
Nota. La pintura que ilustra este poema pertenece a Gonzalo Goytisolo Gil y fue un encargo de la Editorial Alba para la portada de mi novela Años triunfales. Prisión y muerte de Julián Besteiro, el único de mis libros que dediqué a mi padre en vida. Les pedí un paisaje desolado en el atardecer, que diese la impresión de soledad, del desamparo infinito con el que debemos enfrentarnos a la muerte. Así es como Gonzalo Goytisolo lo interpretó. Me viene ahora de perlas para esta entrada. Goytisolo Gil es un cotizado pintor en la estética del hiperrealismo. Tiene una espléndida página web en la que puede verse una cumplida muestra de su arte pictórico: www.gonzalogoytisoloso.com
2 comentarios:
Es emocionante y dulce, a pesar de la tristeza. Me gusta especialmente la tercera estrofa. Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias, como siempre, por tu comentario, José Miguel.
Un abrazo, Javier.
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