Un poema de Juan Ramón Jiménez, del libro La muerte (1919-1920)
¡Que, con la muerte, sea yo
lo mismo que la campanilla azul;
que, al cerrarse, a la tarde,
deja fuera de sí todo su aroma,
para que se lo lleve a donde quiera el aire!
El aroma que se lleva el aire es el de la obra poética de nuestro autor, que tantos millones de personas han leído al correr de los años y que crece con cada nueva lectura en hermosura y asombro poético.
Nota. La foto es del cementerio de Portbou y la tomé el pasado septiembre.
2 comentarios:
El poema hermoso y conmovedor, pero la foto impresionante; aparentemente sencilla pero impresionante.
Parece que la muerte contuviera al mar; le diera la espalda, mientras el otro espera.
deesxho229Gracias, Rafael, por la parte de la fotografía. El cementerio de Portbou es uno de los más "hermosos" que he visto. No soy muy hábil con la cámara, digamos que el espacio se deja retratar solo y que todo el mérito es suyo. Lo único que hago yo, además de malfotografiar (me imagino el partido que le sacaría un fotógrafo a este espacio), es tratar de ligar el contenido del texto con la foto que lo ilustra.
La serenidad del poema de Juan Ramón se dice bien con lo poético de este cementerio marino que es el de Portbou.
Un abrazo, Javier.
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