La muerte es una condición absoluta. Cuando nacemos es lo único seguro; moriremos, no hay dudas. Esa certeza me ha hecho no temerla. Aunque temo, eso sí, el dolor. La muerte, como decía Tolstói, sólo es una puerta de salida.
Estas declaraciones, recogidas por Elsa Fernández-Santos, enviada especial de El País al festival de Cannes, fueron hechas por el director portugués en respuesta a un periodista que le reprochaba el pesimismo de su última película. La lucidez de las mismas las acerca al pensamiento aforístico, aunque, lógicamente de haber sido redactadas tal vez el cineasta les hubiera dado otra forma distinta, a lo mejor, discúlpeseme el atrevimiento, algo parecido a esto:
La muerte es una condición absoluta, así que cuando nacemos lo único seguro es que moriremos. Esa certeza me ha hecho no temerla, pero no así el dolor. La muerte es sólo una puerta de salida.
A este respecto recuerdo siempre la frase aforística de Julián Templado, uno de los protagonistas de Campo de sangre la novela de El laberinto mágico una parte importante de la cual transcurre en la Barcelona en guerra de 1938:
Los hombres temen el dolor, no la muerte.
Nota. La foto del director portugués procede de la red, la del escritor valenciano de mi archivo personal.
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