En una entrevista que Luis Bagaría hizo a Federico García Lorca el diez de junio de 1936, publicada en el diario El Sol, mantuvieron este diálogo sobre el nacionalismo:
- ¿No crees, Federico, que la patria no es nada, que las fronteras están llamadas a desaparecer? ¿Por qué un español malo tiene que ser más hermano nuestro que un chino bueno?
- Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política.
Para los tiempos que corren, toda una declaración de principios sensata y lúcida.
Nota. La foto del Museo Dalí de Figueres la tomé el pasado mes de agosto. Según indica García-Posada en nota al texto, Lorca envió las respuestas por escrito a su entrevistador. El texto procede de Federico García Lorca, Obras Completas III. Prosa, edición de Miguel García-Posada, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, pág. 637.
3 comentarios:
Este texto debería ser la cebecera de todos los mensajes que se mandan los políticos entre sí, fuera y dentro de su partido, debería figurar junto al membrete de las instituciones.
Salud
Francesc Cornadó
Me ha gustado mucho la respuesta de Lorca y no la conocía.
Por cierto, el domingo en la feria del libro compré el último libro de tu amigo Miguel Mena. Me lo dedicó y estuvo muy amable. Ya estoy deseando leérmelo. Los otros dos suyos que me leí en su día me encantaron.
Un abrazo.
Gracias, Francesc, por tu comentario; en efecto la lucidez de Lorca le haría algún bien a más de uno.
Lo mismo digo, Rafael, gracias por tu comentario; seguro que el libro de Miguel, tan buen amigo y compañero en esta dura lidia del escribir, te gustará.
Un abrazo a los dos, Javier.
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