En las Epístolas familiares, reflexionando sobre la idea de la mudanza que en nosotros hace el tiempo, escribe Petrarca: "Sé que subo para descender, florezco para secarme, crezco para envejecer, vivo para morir." En La Celestina, siguiendo la misma idea, la de que "es ley de fortuna que ninguna cosa en un ser mucho tiempo permanesce: su orden es mudanças", pone Rojas en boca de Celestina la siguiente reflexión:
Cerca ando de mi fin. En esto veo que me queda poca vida. Pero bien sé que sobí para descender, florecí para secarme, gozé para entristecerme, nascí para vivir, viví para crecer, crecí para envejecer, envejecí para morirme.
Condición inexorable, pues, es consumirnos en el tiempo inermes ante sus mudanzas...
Nota. La foto la tomé en Portbou.
1 comentario:
bello poema
pero realmente triste
o sera quizas porque yo veo la luna desde el otro lado de la vida
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