En El caballero de Olmedo puso Lope estos versos en boca del personaje Fernando, noble y cómplice de ese amante torpe llamado don Rodrigo, quien se muere de celos hacia don Alonso porque doña Inés no le hace el más mínimo caso. Lope bucea una vez más en el alma humana y se muestra como lo que era, un gran poeta y un sutil analista de las pasiones provocadas por el amor, unos de los temas centrales de su obra:
FERNANDO
Son celos, don Rodrigo, una quimera
que se forma de envidia, viento y sombra,
con que lo incierto imaginado altera;
una fantasma que de noche asombra,
un pensamiento que a locura inclina,
y una mentira que de verdad se nombra.
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