miércoles, 7 de julio de 2010

De nombres y cuentos: Siglo XXI, de Gemma Pellicer y Fernando Valls



En literatura, para valorar razonablemente lo que se publica, es preciso tener cierta perspectiva. Son raras las antologías compiladas desde la inmediatez, sin la necesaria distancia temporal que confirme o desmienta la calidad de lo publicado por los diferentes autores. Es más fácil dejar que un escritor de cuentos se asiente y luego incluirlo en una antología, que escoger un relato de su primer o segundo libro y asumir el riesgo de que después su carrera literaria no responda a las expectativas creadas. Salir airoso de ese reto le es dado a pocos. Creo que Gemma Pellicer y Fernando Valls lo han logrado con creces en este Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual.

Me han gustado más los cuentos que las poéticas que los acompañan, demasiado previsibles algunas, aunque la de Andrés Neuman suma un nuevo “Dodecálogo de un cuentista” con aforismos metaliterarios tan interesantes como estos: “La voz decide el acontecimiento, más que viceversa” o “Mucho más necesario que noquear al lector es despertarlo”. A veces, con ironía y sentido del humor, se confiesa que se escribe cuentos por curiosas razones, entre ellas, las que aporta Daniel Gascón: “Yo, de niño, escribía novelas. Novelas latguísimas e inacabadas, llenas de personajes y peripecias. Mi padre, supongo que cansado de leer tantas páginas, me sugirió que escribiera cuentos. Desde entonces, siempre llevo un relato en la cabeza.”

Me han interesado, y gustado especialmente, de entre los autores que conocía, los cuentos de Ricardo Menéndez Salmón, Andrés Neuman, el suyo me atrevo a decir que es el mejor cuento de esta antología (que me perdonen los demás), Daniel Gascón, Ismael Grasa, Julián Rodríguez, Berta Marsé, Hipólito G. Navarro y Carlos Castán. De entre los autores de los que no había leído nada, me gustaría resaltar el excelente cuento de Pablo Andrés Escapa “El cielo distante”, para mí, junto con el de Neuman, de los mejores del libro, sobre ese maestro llamado don Laureano Gamazo, aviador republicano represaliado. También por su mirada irónica sobre las relaciones familiares, me ha gustado mucho el cuento de Pepe Cervera. Y también los de Irene Jiménez e Ignacio Ferrando, sin que ello quiera decir que no me han gustado los que no menciono, al contrario, creo que la calidad de los cuentos incluidos es muy alta y el lector que se adentre en las páginas de esta antología podrá comprobarlo y disfrutarlo.