jueves, 30 de noviembre de 2017

Fernando de Rojas: diatriba contra el amor

 

De diatriba contra el amor podrían calificarse las palabras con que Pleberio se refiere a la tragedia de la muerte de su hija en el planto que cierra la extraordinaria obra de Rojas. Estas son algunas de ellas:

¡Oh amor, amor, que no pensé que tenías fuerça ni poder de matar a tus subjectos! (...) ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conviene? Si amor fuesses, amarías a tus sirvientes; si los amasses, no les darías pena; si alegres viviessen, no se matarían como agora mi amada hija. (...) Bienaventurados los que no conociste o de los que no te curaste. Dios te llamaron otros, no sé con qué error de su sentido traídos. Enemigo de toda razón, a los que menos te sirven das mayores dones, hasta tenerlos metidos en tu congoxosa dança. (...) Ciego te pintan, pobre y moço. Pónente un arco en la mano con que tires a tiento. Tu fuego es ardiente rayo que jamás haze señal do llega. La leña que gasta tu llama son almas y vidas de humanas criaturas.

Laméntase Pleberio de que la falsa alcahueta Celestina muriese a manos de los criados de Calisto, Pármeno y Sempronio, que a su vez fueron degollados; Calisto murió despeñado y Melibea  "quiso tomar la misma muerte por seguirle". Eso es lo que provocan los excesos de amor. "Dulce nombre te dieron, se queja Pleberio, amargos hechos hazes." 

Nota. La foto la tomé, en los últimos días del año 2013, en la Plaza Mayor de Cáceres.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Los que no tienen nada que perder: Daniel Viglietti


Lo vi actuar en el teatro Romea de Barcelona hace un montón de años, a finales de los setenta. Me impresionó su voz grave y cálida con acentos íntimos y desgarro ético en los temas políticos. El absoluto dominio de su guitarra, en la que arpegiaba con una limpieza y una calidad excepcionales, serán siempre difíciles de olvidar; sus "Seis Impresiones para canto y guitarra" son una buena muestra de cuanto digo.
Eran aquellos años de compromiso político, recién salidos como estábamos de la larga dictadura, y canciones suyas como "A desalambrar" se convirtieron en himnos. Discos como "Uruguay. Canciones para mi América", con temas donde decía, por ejemplo, "Yo quiero romper la vida / como cambiarla quisiera", en su "Milonga de andar lejos", demostraban que el compromiso podía armonizar la hondura lírica con una intensa capacidad melódica y una innegable calidad musical. 
Con todo, a mí me impactó, tras escucharlo muchas veces,  un disco suyo que grabó con la Nueva Trova Cubana, "Trópicos". Cantaba en él Viglietti un tema de Silvio Rodríguez titulado "Existen", que  escuchado ahora, que acaba de fallecer el cantante uruguayo,  me llena de melancolía; en él se dice: "Menos mal que existen los que no tienen nada que perder (...) los que se mueren sin decir de qué muerte, sabiendo que en la gloria también se está muerto (...) los que no dejan de buscarse a sí, ni siquiera en la muerte, de buscarse a sí." 
Descanse en paz este gran artista, este hombre comprometido, este poeta que soñó siempre con el hombre nuevo y supo expresar ese sueño en canciones solidarias e inolvidables. Me uno al dolor de su familia y sus amigos. Descanse en paz. "Se precisan niños para amanecer", decía en un tema suyo llamada "Gurisito"; pues bien, empieza ahora el amanecer de la posteridad jubilosa de Viglietti.