sábado, 31 de octubre de 2009

Aub en ABCD


El poema que hoy publica ABCD en exclusiva como inédito necesita, tal vez como ningún otro texto, una adecuada contextualización para que pueda ser correctamente valorado. Sacado de contexto, pareciera que es una defensa del estalinismo y del comunismo más ortodoxo y creo que nada más lejos, en mi opinión, de la forma de pensar de Aub. Es muy parco Joan Oleza, buen amigo, al explicar cómo y de qué forma le llega el inédito, al margen de señalar que es Elena Aub, siempre generosa, quien se lo facilita. Pero no es esa la información necesaria para valorar este texto, sino responder a otras preguntas; por ejemplo, entre otras, a estas: ¿por qué no incluyó Aub este texto en su Diario de Djelfa cuando lo editó en México en 1944 y en segunda edición en 1970? ¿Acaso no lo tenía a mano, se le había extraviado? ¿por qué Xelo Candel, que editó de nuevo el libro en 1998 no tuvo acceso a este texto que hoy se publica? ¿Tenía Aub el texto y evitó incluirlo junto a los poemas que forman ese estremecedor diario poético? Si es así, ¿por qué razones lo hizo? Creo que la respuesta a estas preguntas aclararía muchas dudas acerca del porqué no está incluido este poema en el libro del que debiera formar parte.

Aub, como tantos otros intelectuales europeos de aquel tiempo, se opuso al pacto germano-soviético y, como bien dice Oleza en su estupendo texto, lo consideró una traición al ideal revolucionario; la frase que entonces se acuñó fue algo parecido a “la revolución a ese precio no vale la pena”. Pero no olvidemos el calvario de cárceles y de campos de concentración que tuvo que sufrir Aub desde que fue denunciado anónimamente en París e ingresado en Roland Garros primero, en Vernet después y más tarde en Djelfa. La perspectiva de una victoria del nazismo era, en esos años, muy sólida. La decisión de Hitler de invadir la Unión Soviética marcó un antes y un después en el devenir de la guerra. La respuesta soviética, con Stalin al frente, conviene no olvidarlo, y la posterior y heroica victoria rusa en Stalingrado, léase el estremecedor libro de Vasili Grossman Vida y Destino, fue el hecho decisivo que cambió el rumbo de la guerra y facilitó la victoria definitiva sobre el fascismo.

Es fácil comprender con qué alborozo recibirían los que en ese momento estaban presos por antifascistas en los campos de concentración las noticias de la respuesta soviética a la invasión nazi. Es necesario no olvidar que Djelfa fue un campo de castigo del que nadie salía. Sólo en ese contexto cobran sentido las palabras de Aub en su poema. Esa victoria no hizo olvidar, sin embargo, los crímenes del estalinismo y la feroz represión llevada a cabo en esos años y en los inmediatamente anteriores, los tristemente famosos procesos de Moscú, por el régimen de Stalin. Insisto en que hay que leer el libro de Grossman para ver el sabor agridulce que dejó en muchos esa victoria sobre el nazismo: las injusticias y los muertos no los borran ni las estrategias ni la consecución de los fines militares por importantes que estos sean.

La historia es así y no se puede cambiar. Rusia ayudó a la República. Alemania e Italia a Franco y los suyos. Negrín contó siempre con el apoyo de los comunistas españoles. Aub fue siempre partidario de Negrín. Indalecio Prieto los expulsó a todos, Negrín y muchos más, Aub entre ellos, del PSOE en 1946. Hace muy poco se ha devuelto el carnet del PSOE a Negrín y a Aub. La historia no se puede cambiar, corregir errores sí, pero no cambiarla. Aub nunca fue comunista, sino socialista de raigambre liberal. También es verdad que nunca fue anticomunista y que defendió siempre la bravura con la que se batieron en nuestra guerra muchos comunistas honrados y anónimos. Pero eso no impidió sus agrias polémicas con ellos y que la forma de ver y entender el mundo de Aub, siempre liberal, chocara con la estrecha y rígida mentalidad de ellos. “No soy comunista, he sido, soy socialista” dejó escrito. Que todo el mundo lo sepa.

4 comentarios:

Fernando Valls dijo...

Sea como fuere, Javier, el poema es un canto al Ejército rojo, de la URSS, y una crítica a las democracias occidentales que no apoyaron a la República.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias por el texto, Javier. Leí el poema en ABCDE y creo muy oportunas tus puntualizaciones.

Un abrazo.

Javier Quiñones dijo...

Gracias, Fernando y José Miguel por vuestros comentarios.
Un abrazo, Javier.

Beatriz dijo...

Debo ser muy torpe porque he buscado el poema y no lo he encontrado.