domingo, 5 de febrero de 2012

Al correr de los años


 

Después de ser liberado del campo de concentración nazi de Oraniemburg en el que estuvo preso, Francisco Largo Caballero, presidente del Gobierno, se instaló en París y allí, en 1946, escribió las cartas que se editaron en el libro Mis recuerdos. En una de ellas, titulada "Pensando en España", deja estas significativas palabras que traigo hoy a estas páginas volanderas para que, siguiendo a su autor, cada uno las interprete como tenga a bien:

Hace años, en un mitin celebrado en el Cine Pardiñas, en el que hablamos Saborit, Besteiro y yo, cuyos discursos se publicaron en un folleto, decía yo que si me preguntasen qué quería, mi respuesta sería esta: ¡República! ¡República! ¡República! Si hoy me hicieran la misma pregunta contestaría: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! Luego que le ponga cada cual el nombre que quiera.

2 comentarios:

Javier dijo...

Tantos hombres, tantos nombres, tantas letras..., ¿a quién le importan, Javier? En este planeta nesciente la palabra hace mucho que dejó de regirnos, transmutada en ideal fáctico. Tan sólo anida en los corazones de unos pocos, entre los que ni siquiera puedo permitirme contarme, para, con suerte, ser atesorada hasta la llegada de una época merecedora de ella.

Un abrazo.

Javier Quiñones Pozuelo dijo...

Javier, desde la izquierda algunos tardaron mucho en darse cuenta que lo primordial era la libertad y no la forma de gobierno, pero en fin...
Un abrazo y gracias por tu comentario, Javier.