sábado, 4 de noviembre de 2017

Los que no tienen nada que perder: Daniel Viglietti


Lo vi actuar en el teatro Romea de Barcelona hace un montón de años, a finales de los setenta. Me impresionó su voz grave y cálida con acentos íntimos y desgarro ético en los temas políticos. El absoluto dominio de su guitarra, en la que arpegiaba con una limpieza y una calidad excepcionales, serán siempre difíciles de olvidar; sus "Seis Impresiones para canto y guitarra" son una buena muestra de cuanto digo.
Eran aquellos años de compromiso político, recién salidos como estábamos de la larga dictadura, y canciones suyas como "A desalambrar" se convirtieron en himnos. Discos como "Uruguay. Canciones para mi América", con temas donde decía, por ejemplo, "Yo quiero romper la vida / como cambiarla quisiera", en su "Milonga de andar lejos", demostraban que el compromiso podía armonizar la hondura lírica con una intensa capacidad melódica y una innegable calidad musical. 
Con todo, a mí me impactó, tras escucharlo muchas veces,  un disco suyo que grabó con la Nueva Trova Cubana, "Trópicos". Cantaba en él Viglietti un tema de Silvio Rodríguez titulado "Existen", que  escuchado ahora, que acaba de fallecer el cantante uruguayo,  me llena de melancolía; en él se dice: "Menos mal que existen los que no tienen nada que perder (...) los que se mueren sin decir de qué muerte, sabiendo que en la gloria también se está muerto (...) los que no dejan de buscarse a sí, ni siquiera en la muerte, de buscarse a sí." 
Descanse en paz este gran artista, este hombre comprometido, este poeta que soñó siempre con el hombre nuevo y supo expresar ese sueño en canciones solidarias e inolvidables. Me uno al dolor de su familia y sus amigos. Descanse en paz. "Se precisan niños para amanecer", decía en un tema suyo llamada "Gurisito"; pues bien, empieza ahora el amanecer de la posteridad jubilosa de Viglietti. 

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