viernes, 12 de septiembre de 2014

Verdadera libertad de espíritu


CANCIÓN XXXV

En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.

DECLARACIÓN. Dos cosas hace en esta canción el Esposo. La primera, alabar la soledad en que antes el alma quiso vivir, diciendo cómo fue medio para en ella hallar y gozar a su Amado a solas de todas las penas y fatigas que antes tenía; porque como ella se quiso sustentar en soledad de todo gusto y consuelo y arrimo de las criaturas por llegar a la compañía y junta de su Amado, mereció hallar la posesión de la paz de la soledad en su Amado, en que reposa ajena y sola de todas las dichas molestias.
   La segunda, es decir que, por cuanto ella se ha querido quedar a solas de todas las cosas criadas por su querido, él mismo enamorado de ella por esta su soledad, se ha hecho cuidado de ella, recibiéndola en sus brazos, apacentándola en sí de todos los bienes, guiando su espíritu a las cosas altas de Dios. Y no solo dice que él es ya su guía, sino que a solas lo hace sin otros medios, ni de ángeles ni de hombres, ni de formas ni de figuras, por cuanto ella por medo de esta soledad tiene ya verdadera libertad de espíritu, que no se ata a alguno de estos medios.

San Juan de la Cruz, Poesías completas y otras páginas, edición de José Manuel Blecua, Biblioteca Clásica Ebro nº 68, Zaragoza, 1974; cita de la página 102.

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