viernes, 9 de junio de 2017

Juan Goytisolo: el vértigo del vacío


Telón de boca (El Aleph, 2003) fue uno de los últimos libros de Juan Goytisolo que leí. Ahora, en la tristeza de su fallecimiento, traigo aquí, a esta sección de despedidas, el último fragmento de esa novela en la que el personaje se enfrenta  "al vértigo del vacío":

Se despertó y no le vio. Descubrió que no se había movido de la habitación y se asomó a mirar los naranjos del patio. Era noche prieta, la ciudad descansaba. Se arropó contra el frío y subió a la terraza. El cielo desplegaba su magnificencia e invitaba a descifrar el álgebra y silabario de las estrellas. La Plaza dormía también: ninguna voz ascendía de su espacio desierto. Divisó siluetas fugaces, trémulas en su desamparo. La tiniebla cubría el perfil de la cordillera. La sentía no obstante recatada por ella, presta a revelar su blancura a la ceja del alba. Lo oculto detrás mantenía tenazmente el secreto. La cita sería para otro día: cuando se alzara el telón de boca y se enfrentase al vértigo del vacío. Estaba, estaba todavía entre los espectadores en la platea del teatro.

Goytisolo descansa ya, como Jean Genet, en el cementerio de Larache. Me uno desde estas páginas volanderas al dolor de su familia y de sus amigos. Fue un autor renovador, muchas veces a contracorriente. Queda su obra, de una inmensa calidad literaria. Fue, y seguirá siendo, un referente lúcido, crítico y necesario en la historia de la literatura española del siglo XX, especialmente en el ensayo y la novela; aunque para quien esto escribe, la lectura de sus libros memorialísticos, Coto vedado y En los reinos de Taifa, resultara en su día, hace ya muchos años, apasionante y estremecedora.

Nota. El retrato del autor es el que pintó su sobrino Gonzalo. Pido perdón por la escasa calidad de la foto, tomada directamente del catálogo de la exposición "Personas pintadas". El lector interesado puede ver una entrada sobre esa exposición AQUÍ. Del mismo modo, puede ver, si lo desea, la entrada que publiqué el 23 de abril de 2016, titulada "Los libros son el camino que lleva a todas partes: Monique Lange, Jean Genet y Juan Goytisolo", AQUÍ.  Leo, con enorme tristeza, que solo se vio contrarrestada por la inmensa ternura de la fotografía que la ilustraba, la información publicada ayer, domingo, 11 de junio de 2017, por el diario El País. ¡Ay, España, cuánto desamparo y olvido viertes sobre tus hijos más ilustres!