A Luis Valdesueiro
Sin que acierte a saber muy bien por qué, el caso es que leyendo la entrada del martes 11 titulada “El infierno” en el blog Las esquinas del día, magnífica bitácora de mi admirado Luis Valdesueiro, me vino a la memoria la reflexión que sobre el infierno y la muerte nos dejó Rafael Azcona en el soberbio guión de la película de José Luis Cuerda La lengua de las mariposas. Hay en ese texto secuencias extraordinarias en las que, partiendo de los personajes del ya célebre cuento de Manuel Rivas, Azcona nos deja sutiles y atinadas reflexiones, algunas, como las del fragmento que copio a continuación, dignas del mejor Unamuno:
SECUENCIA 38
HUERTO Y CAMINO
DÍA
MONCHO
He visto un entierro...
DON GREGORIO
¿Quién Se ha muerto?
En lugar de responder, Moncho pregunta:
MONCHO
Cuando uno se muere, ¿se muere o no se muere?
El maestro, volviendo ya hacia el pueblo, lo mira unos instantes antes de responder:
DON GREGORIO
En su casa, ¿qué dicen?
MONCHO
Mi madre dice que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
DON GREGORIO
¿Y su padre?
MONCHO
Mi padre dice que de haber Juicio Final los ricos irían con sus abogados. Pero a mi madre no le hace gracia.
DON GREGORIO
Y usted, ¿qué piensa?
MONCHO
Yo tengo miedo.
Don Gregorio se inclina hacia él, le habla confidencial:
DON GREGORIO
¿Es capaz de guardar un secreto?
Moncho asiente:
DON GREGORIO
Pues, en secreto: ese infierno del más allá no existe. El odio, la crueldad, eso es el infierno... A veces el infierno somos nosotros mismos.
Moncho alza la mirada hacia su mentor, que ya se ha incorporado. Y, aliviado, le pega el primer mordisco a la fruta que le ha regalado el maestro.