viernes, 28 de marzo de 2014

El 98 y España: Miguel de Unamuno / 3


En su libro En torno al casticismo, publicado en 1895, escribió Unamuno lo que sigue:

Fue grande el alma castellana cuando se abrió a los cuatro vientos y se derramó por el mundo, luego cerró sus valvas y aún no hemos despertado. Mientras fue la casta fecunda no se conoció como tal en sus diferencias, su ruina empezó el día en que gritando: "¡Mi yo, que me arrancan mi yo!", se quiso encerrar en sí.
     ¿Está todo moribundo? No, el porvenir de la sociedad española espera dentro de nuestra sociedad histórica, en la intrahistoria, en el pueblo desconocido, y no surgirá potente hasta que le despierten vientos o ventarrones del ambiente europeo.
     Eso del pueblo que calla, ora y paga es un tropo insustancial para los que más le usan y pasa cual verdad inconclusa entre los que bullen en el vacío de nuestra vida histórica que el pueblo es atrozmente bruto e inepto.
     España está por descubrir, y solo la descubrirán españoles europeizados.

Nota: El retrato de Unamuno se debe a Gutiérrez Solana.

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